Eunuco
Un eunuco es
un varón humano castrado.
La privación de
los genitales externos masculinos (emasculación o evisceración) puede
efectuarse de manera parcial o total. La manera parcial es la castración
propiamente dicha, es decir la extirpación (por corte) o la inutilización (por
golpes) de los testículos. Otra manera parcial es la extirpación por corte
del pene. La manera total es cuando se mutila radicalmente, cortando pene
y testículos.
Por relación
directa, la palabra eunuco puede ser referida a hombres poco viriles
o afeminados, y
era una forma común de denominar a los homosexuales y transexuales durante el
Imperio romano.
Aspectos culturales
Históricamente,
el convertido en eunuco, cambia así a una nueva condición de género social,
quiere decir que la cultura en la que está inmerso el individuo, una vez
producida la mutilación física de sus genitales externos, le asignaba un trato
diferenciado.
A pesar que una
consecuencia es una "feminización" que de lo hormonal afecta la
distribución lipídica corporal, biológicamente el macho humano castrado no se
convierte en hembra en el sentido que no se produce cambio genético. En cambio,
socioculturalmente, el eunuco no es ya hombre ni tampoco es mujer, se le
considera así de un nuevo género.
En la especie
humana -como en todos los primates y mamíferos en general- la hembra (o mujer)
tiene principalmente sus genitales ocultos y protegidos hacia el interior,
mientras que en la disposición anatómica del macho (o varón) sus genitales
principalmente están expuestos y desprotegidos hacia el exterior, siendo la
parte más vulnerable del macho, expuesto a un dolor excruciante y agónico,
siendo posible incluso la muerte del macho por el intenso dolor provocado por
el estallido o aplastamiento de sus testículos. Por ello en la historia de la
humanidad -aunque en un porcentaje ínfimo- son numerosos los hombres que han
perdido accidentalmente sus genitales. Posibilidad física real que si se
concreta es muy probablemente la experiencia más traumática en la vida de un hombre.
En muchos otros
pueblos también existía la costumbre de castrar a otros hombres,
convirtiéndolos en eunucos. Aún hoy existen en la India (conocidos
como hijras), y hasta hace poco los había en Rusia (incluso
sobrevivieron hasta mediados del régimen soviético); también los hubo en el
barroco europeo utilizados para el canto y llamados castrati (en
italiano, literalmente, "castrados").
En Yibuti,
cuando un hombre quería solicitarle a una mujer que contrajeran enlace
matrimonial, para ser aceptado debía demostrar primero su valor llevándole como
obsequio y entregándole como regalo, envuelto, los genitales de otro hombre a
quien previamente debía haber castrado. Sin dicho obsequio no era aceptado, y
las costumbres sociales incluían la burla por parte de la mujer pretendida con
frases que ponían en duda la masculinidad del pretendiente por no ser capaz de
cumplir valientemente con la tradición. Entre las formas de procurase tan
macabro botín estaban, por ejemplo, la guerra colectiva o el asalto individual
a extranjeros o ancianos, extirpándoles vivos sus preciados testículos. Desde
hace varias décadas, la prédica de los misioneros religiosos poco a poco hizo
desaparecer esta costumbre; sin embargo, las más ancianas aún conservan orgullosas
como valioso recuerdo su tradicional regalo pre-nupcial.
Cibergrafia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eunuco
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